Corona votiva de Recesvinto Museo Arqueológico Nacional Foto: Santiago Relanzón Fuente: Wikimedia Commons |
Entre los objetos de adorno personal destacan las fíbulas, que podían ser circulares, rectangulares o en forma de águila (aquiliformes) y que servían para sujetar el manto, o los broches de cinturón. Ambos se decoran con cabujones y pasta vítrea o con diferentes motivos en relieve.
También se han encontrado objetos destinados a uso litúrgico como son los jarros y las patenas eucarísticas, así como incensarios.
Deben destacarse por su importancia los tesoros de Torredonjimeno, donde se encontraron anillos, cruces pectorales y bronces, y de Guarrazar, de donde destacan las coronas votivas como la de Suintila y Recesvinto. En el mundo visigodo existía la costumbre de hacer donaciones a los templos consistentes en coronas votivas encargadas a los talleres orfebres. Colgaban de cadenas y se colocaban en el altar mayor como adorno y enriquecimiento de la propia iglesia. En ellas se manifiestan la tradición romana y la influencia bizantina y se utilizan planchas de oro con piedras preciosas embutidas y decoración grabada.
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