El racionalismo es una corriente filosófica que se desarrolló en la Europa continental durante los siglos XVII y XVIII. Fue formulada por Descartes y se complementa con el criticismo de Kant. Es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia.
Sostiene que la fuente de conocimiento es la razón y rechaza la idea de los sentidos, ya que nos pueden engañar. Defiende las ciencias exactas, en concreto las matemáticas, y dice que posee contenidos innatos. Usa el método deductivo como principal herramienta para llegar al verdadero conocimiento.
Se identifica sobre todo con Descartes, quien decía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y de la filosofía. Mantenía que sólo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales, evidentes en sí e innatas, de las que es posible deducir el resto de contenidos tanto de la filosofía como de las ciencias.
Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como Spinoza y Leibniz.
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13 septiembre 2013
06 septiembre 2013
El arte como imitación de la realidad o mímesis (tema)
El término “imitación” (“mímesis” en griego e “imitatio” en latín) ha existido desde la antigüedad, pero el significado del concepto ha variado a lo largo de la historia hasta llegar a ser, hoy en día, lo mismo que copiar.
La palabra griega “mímesis” es posthomérica, y su etimología es oscura. Pero se sabe que su primer significado se refería a los actos de culto sacerdotales (es decir, baile, música y canto, folklore al fin y al cabo). El término se refería entonces a la danza, la mímica y la música.
Posteriormente pasaría a designar “el acto de reproducir la realidad en la escultura y las artes teatrales”, pero esta realidad no era la externa, sino la interior.
En el siglo V a.C. el término se incorpora a la filosofía designando la reproducción del mundo externo, de la naturaleza. En este sentido, la palabra “mímesis” sería utilizada por Demócrito y Platón, aunque ambos la utilizarían de manera distinta. Para Demócrito, “mímesis” significa la imitación de cómo funciona la naturaleza, de sus procesos; pero para Platón significaba “copiar la apariencia de las cosas”. Aunque el concepto de arte como imitación de la realidad va cambiando a lo largo su vida, Platón finalmente no acepta que el arte imite la realidad porque para él la imitación no es el camino correcto hacia la verdad.
Con Aristóteles el concepto cambia ligeramente. Para él, la imitación artística puede presentar las cosas más o menos bellas de lo que son, siempre que se limite a las características esenciales, generales y típicas de esas cosas. Es decir, Aristóteles sostiene que el arte puede imitar la realidad, pero el artista puede hacerlo de una forma personal.
Por lo tanto, la teoría de la imitación desarrollada por Platón y Aristóteles se fundamentaba en premisas típicamente griegas: la mente humana es pasiva y puede por tanto percibir sólo lo que existe.
Pero esto cambiará en la Edad Media, cuando se pretende que el arte imite el mundo invisible, que es eterno y más perfecto, buscando además la belleza eterna. Con la aparición de los iconoclastas y de los radicales cristianos, que creían que Dios prohíbe cualquier imitación del mundo, la teoría de la imitación se abandona hasta el Renacimiento, cuando se retoma y vive su momento más importante, entendiéndose como un concepto básico del arte.
En los inicios del Renacimiento, la teoría de la imitación es sólo aplicable a las artes visuales, pero a mediados del siglo XVI se extiende también a la poética. Es decir, aunque esta teoría fuera una constante durante varios siglos, no siempre se entendió de la misma manera.
Existía quien pensaba que la imitación era una tarea demasiado difícil para el arte porque la obra no podría igualar nunca al modelo, y quien creía que era demasiado insignificante y pasiva. Pero quizás lo más importante de la imitación en el Renacimiento es que no sólo trataba de la naturaleza. Para los renacentistas, el objeto de imitación es ante todo los antiguos, apareciendo el concepto de “imitación de la antigüedad”.
En el siglo XVIII, Batteux cree haber descubierto el principio que subyace a todas las artes y que las identifica como tal: la imitación, entendiendo por ella “copiar la naturaleza o inspirarse en ella”.
En el siguiente siglo la imitación deja de imitar a la antigüedad para pasar, de nuevo, a imitar la naturaleza.
Es decir, la imitación ha sido un concepto constante a lo largo de la historia en lo referente a la teoría del arte, sobre todo entendida como algo fiel a la realidad, pero que no la copia, sino que la recrea a nivel de la ilusión.
05 septiembre 2013
El concepto de arte en la Edad Contemporánea (tema)
En la edad contemporánea ya existían distintos criterios (debido a la interpretación, el contexto, la propia definición…) para decidir qué era el arte, pero todos eran inestables menos uno que parecía común a todas las clasificaciones: la belleza. Es por esto que quizás el concepto actual de “arte” sea mucho más amplio de lo que fue anteriormente.
Sin embargo, lo más característico es que es ahora cuando realmente el ser humano se ha preguntado qué es el arte y ha intentado definir sus características. La única afirmación completa y compartida por todos es que el arte es una actividad humana consciente, pero en cuanto a su rasgo distintivo existen diferentes teorías:
- Para algunos el rasgo distintivo del arte es que produce belleza, pero aquí nos encontramos con que el concepto de “belleza” es demasiado ambiguo.
- Para otros es que representa o reproduce la realidad, pero, en principio, esta definición sólo es aplicable al arte mimético. Sin embargo, Batteux concluye en sus estudios que la imitación de la naturaleza es común en todas las artes. Pero de nuevo estamos ante el mismo problema: el concepto de “imitación” permite demasiadas interpretaciones.
- El tercer rasgo distintivo posible es la creación de formas, es decir, que el arte para serlo debe dotar a la materia y al espíritu de forma. Esta es la idea que más atrae al hombre moderno, pero los conceptos siguen siendo demasiado ambiguos. No puede tratarse de cualquier tipo de forma ni tampoco debe ser la forma “pura” para ser arte.
- Algunos defienden que el rasgo distintivo del arte es la expresión, y por lo tanto la atención se concentra ahora en la intención del artista. Esta teoría data del siglo XIX.
- Por el contrario, para otros se trata de que produzca cierta experiencia estética, es decir, lo que importa es el efecto que una obra de arte produce en el receptor, y por lo tanto, esta idea está vinculada a la primera.
- El último rasgo distintivo destacable es que produce un choque, basándose en la idea anterior, pero en lugar de ser una experiencia estética, en este caso va mucho más allá, intentando ser abrumadora, desconcertante o escandalosa. Por lo tanto, la función del arte sería impresionar.
Pero si analizamos cada una de estas opciones podemos llegar a la conclusión de que todas tienen parte de verdad y que realmente restringir el significado de “arte” es una tarea imposible.
Ver también:
- El concepto de arte en la Antigüedad
- El concepto de arte en la Edad Media
- El concepto de arte en la Edad Moderna
- El concepto de arte en la Ilustración
Sin embargo, lo más característico es que es ahora cuando realmente el ser humano se ha preguntado qué es el arte y ha intentado definir sus características. La única afirmación completa y compartida por todos es que el arte es una actividad humana consciente, pero en cuanto a su rasgo distintivo existen diferentes teorías:
- Para algunos el rasgo distintivo del arte es que produce belleza, pero aquí nos encontramos con que el concepto de “belleza” es demasiado ambiguo.
- Para otros es que representa o reproduce la realidad, pero, en principio, esta definición sólo es aplicable al arte mimético. Sin embargo, Batteux concluye en sus estudios que la imitación de la naturaleza es común en todas las artes. Pero de nuevo estamos ante el mismo problema: el concepto de “imitación” permite demasiadas interpretaciones.
- El tercer rasgo distintivo posible es la creación de formas, es decir, que el arte para serlo debe dotar a la materia y al espíritu de forma. Esta es la idea que más atrae al hombre moderno, pero los conceptos siguen siendo demasiado ambiguos. No puede tratarse de cualquier tipo de forma ni tampoco debe ser la forma “pura” para ser arte.
- Algunos defienden que el rasgo distintivo del arte es la expresión, y por lo tanto la atención se concentra ahora en la intención del artista. Esta teoría data del siglo XIX.
- Por el contrario, para otros se trata de que produzca cierta experiencia estética, es decir, lo que importa es el efecto que una obra de arte produce en el receptor, y por lo tanto, esta idea está vinculada a la primera.
- El último rasgo distintivo destacable es que produce un choque, basándose en la idea anterior, pero en lugar de ser una experiencia estética, en este caso va mucho más allá, intentando ser abrumadora, desconcertante o escandalosa. Por lo tanto, la función del arte sería impresionar.
Pero si analizamos cada una de estas opciones podemos llegar a la conclusión de que todas tienen parte de verdad y que realmente restringir el significado de “arte” es una tarea imposible.
Ver también:
- El concepto de arte en la Antigüedad
- El concepto de arte en la Edad Media
- El concepto de arte en la Edad Moderna
- El concepto de arte en la Ilustración
04 septiembre 2013
El concepto de arte en la Edad Moderna (tema)
Durante la Edad Moderna se gesta lo que hoy entendemos por “arte”. Los oficios y las ciencias se eliminan y se incluye la poesía. Lo que queda es una entidad coherente y separada de destrezas, funciones y producciones humanas. Este nuevo significado del concepto se desarrolla gracias a la nueva situación social, es decir, al impulso que sienten los artistas de mejorar su situación. Además, ahora la belleza juega un papel más valorado. Al igual que en líneas generales se conservó el antiguo concepto de arte se conserva asimismo la clasificación.
El cambio más importante es la toma de conciencia de que las artes como la pintura, escultura, poesía y música ocupan un lugar especial y por eso deben aislarse, empezando a considerarse como “artes verdaderas”.
Ver también:
- El concepto de arte en la Antigüedad
- El concepto de arte en la Edad Media
- El concepto de arte en la Ilustración
- El concepto de arte en la Edad Contemporánea
El cambio más importante es la toma de conciencia de que las artes como la pintura, escultura, poesía y música ocupan un lugar especial y por eso deben aislarse, empezando a considerarse como “artes verdaderas”.
Ver también:
- El concepto de arte en la Antigüedad
- El concepto de arte en la Edad Media
- El concepto de arte en la Ilustración
- El concepto de arte en la Edad Contemporánea
03 septiembre 2013
El concepto de arte en la Edad Media (tema)
En la Edad Media el concepto de arte deriva del concepto de arte de la antigüedad, por lo que no hay gran variación. Se pensaba que el arte era un “habitus” de la razón práctica, rigiéndose así por una serie de cánones fijos y por las reglas de las hermandades. La idea medieval de arte comprendía los oficios manuales, las ciencias y las bellas artes.
La clasificación de las artes se sigue haciendo ahora en dos grupos diferentes que por simetría constan de siete artes cada uno:
- Las artes liberales, a las que se consideraba superiores, y que englobaban lógica, retórica, gramática, aritmética, geometría, astronomía y música, es decir, lo que hoy en día se entiende como ciencias.
- Las artes mecánicas: lanificium y armatura o arquitectura (que suministran vivienda y herramientas a los hombres), agricultura y venatio (que suministran alimento), navigatio, medicina y theatrica.
Ver también: