El periodo de Amarna forma parte del Imperio Nuevo egipcio, y es un momento de especial interés por suponer una gran ruptura en la cultura y civilización del Antiguo Egipto. Este periodo está reinado por el gran Akenatón o Amenhotep IV, casado con la famosa reina Nefertiti.
Durante la XVIII dinastía se produce una creciente preponderancia de los cultos dirigidos al Sol. Al principio de su reinado Akenatón reside en Tebas llevando a cabo importantes cambios, como el culto al dios Atón y la construcción de varios templos en su honor, intentando eclipsar el poder del dios Amón. Atón abandona toda forma humana y se representa como un disco solar cuyos rayos se convierte en brazos que abrazan su creación y que dan todo su poder al faraón.
En el sexto año de su reinado, Akenatón traslada la corte a Aketatón, cerca de la actual Amarna, una ciudad planeada por él y construida para el dios Atón. Es entonces cuando Amenhotep IV cambia su nombre por Akenatón, que significa "servidor de Atón", y se desliga del culto al dios Amón, destruyendo su nombre e imágenes. Desde ese momento Akenatón y Nefertiti se convierten en los únicos intermediarios entre el "dios único y universal" y la Creación.
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