El Museo del Prado (Madrid, España) es una institución cuyo origen debe mucho a las colecciones reales de los siglos XVI y XVII. El coleccionismo de entonces aspiraba a reunir obras de los artistas preferidos de los monarcas, ignorando así un carácter enciclopédico.
El primer pintor coleccionado por los monarcas españoles, y el pilar sobre el que se erigió la colección real, fue Tiziano. Así, los monarcas optaron por una pintura en la que lo importante era el color, una pintura en la que primaban los aspectos más emotivos y sensuales.
Otros pintores y escuelas fueron incorporados desde el siglo XVI. Felipe II se decantó por la pintura flamenca del XV y aún más decisivo fue Felipe IV, quien no sólo encargó obras a Rubens, Velázquez y Van Dyck, sino también a José de Ribera, Nicolás Poussin y Claudio de Lorena, y a distintos pintores italianos. Además, lleno los vacíos existentes de la colección con obras del Renacimiento italiano no veneciano, como Rafael, Parmigianino o Correggio.
Con la llegada de los Borbones llegaron los pintores franceses a la colección, dando inicio a un siglo, el XVIII, dominado por artistas extranjeros. A los franceses les sucedieron los italianos y, tras el reinado de Carlos III, sólo a finales de siglo, con Goya, vuelve un pintor español a dominar el escenario cortesano.
El promotor del museo fue el rey Fernando VII, sin olvidar el apoyo de su esposa, María Isabel de Braganza. Su intención de abrir un museo se muestra ya en documentos de 1814, cuando está dispuesto a ceder el Palacio de Buenavista a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para abrir una galería con pinturas y objetos artísticos tanto de la Academia como de la colección real. Pero en esos años se busca el edificio ideal, y cuando se decide que sea el Real Museo de Ciencias Naturales construido por Juan de Villanueva, éste se tiene que remodelar debido al estado en el que se encontraba tras la guerra con los franceses.
Durante el siglo XIX son los artistas españoles los que viajan fuera, sobre todo a Roma y París.
Por otra parte, hay que recordar que algunos de los fondos de la colección provienen de otros museos, como el extinto Museo de la Trinidad o el Museo de Arte Moderno, o del ámbito privado, como los legados de D. Pablo Bosch, D. Pedro Fernández Durán o D. Ramón de Errazu.
La colección del Museo del Prado termina cronológicamente en el año 1881, año del nacimiento de Pablo Picasso.
Pero no hay que olvidar que la colección que atesora el Museo del Prado no es sólo pictórica, sino que también contiene obras escultóricas y de artes decorativas, colecciones que abarcan desde la Antigüedad al siglo XIX.
Ver también: Edificio Villanueva del Museo del Prado (obra)
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