La imagen del faraón con sus atributos y títulos hablan de un ser más que humano en el que descansa el propio orden del mundo. Son muchos los símbolos que lo distinguen del resto de los mortales. Un ejemplo son las coronas.
La más característica es la Doble Corona o pschent, distintivo de los faraones que gobernaban en el Egipto unificado. Surge de la superposición de la corona blanca del Alto Egipto (jedyet) y la corona roja del Bajo Egipto (desheret).
Otra corona es el nemes, un tocado de tela con bandas horizontales. La tela caía sobre los hombros del faraón y generalmente estaba coronada por una cobra (uraeus), representación de la diosa Wadjet del Bajo Egipto, protectora de la realeza. En muchas ocasiones, sobre todo a partir del Imperio Medio, esta diosa aparecería junto a la diosa buitre Nekhbet, del Alto Egipto.
La corona azul o kepresh se relacionaba con la guerra, tratándose quizás de un casco de parada militar. Con ella fueron representados preferentemente los faraones de la XVIII Dinastía, probablemente debido a sus acciones bélicas.
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