Una corte podía estar formada por cientos de personas al servicio de un señor, y se desplazaba con él. Obviamente había jerarquías entre los cortesanos, pero aquí nos vamos a referir a los que se relacionaban con el mundo de la palabra y de la imagen, y cuya finalidad era la exaltación del poder de su señor. Hay dos grupos fundamentales: los humanistas y filósofos y las damas.
Uno de los fenómenos culturales y científicos mejor estudiados es el del neoplatonismo florentino, en torno al filósofo Marsilio Ficino. Éste, combinado con el hermetismo, influiría en la literatura y en las artes figurativas, siendo su difusión europea. El alma se muestra en los ojos, y la mirada, el sentido de la vista, es capaz de percibir la armonía y la belleza. Muchas de las reuniones en las que los humanistas y miembros de las cortes debatían se celebraban en las villas, residencias que surgieron como alternativa a la vida en la ciudad y que acabarían convirtiéndose en uno de los grandes signos de poder de un señor a lo largo de la época moderna.
En cuanto a las damas, en “El Cortesano” se pone de manifiesto la necesidad de que éstas sean cultas, hermosas, educadas en todas las artes, ingeniosas, afables… y además, que sean capaces de gobernar como un varón.
Ver también: El modelo de corte en la Italia del siglo XV
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