El faraón Den, cuarto monarca de la I dinastía del Antiguo Egipto, subió al trono siendo sólo un niño. Durante su reinado aumentó el número de tumbas de altos funcionarios, lo que significa que el Estado egipcio crecía y se afianzaba. Uno de sus servidores más importantes fue Hemaka, Portador del Sello Real y propietario de una importante tumba en la necrópolis de Saqqara.
Su sepultura tiene forma de mastaba, con la cámara funeraria excavada en el suelo, y sobre ella una estructura de 45 estancias destinadas a almacén.
El tamaño de la tumba y los objetos hallados en ella muestran la importancia de la burocracia durante la primera dinastía egipcia.
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