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25 abril 2020

El Gravetiense en la Península Ibérica (tema)

Después del Auriñaciense, la mayor parte del continente europeo asiste a la expansión del Gravetiense. Es un complejo industrial que tiene una gran extensión cronológica y espacial. En España se constata desde el 28.000 al 21.000 B.P.
Colgante gravetiense
Cueva de El Pendo
Museo Arqueológico Nacional
Presenta elementos comunes claramente identificables, como un utillaje definido por la presencia de puntas laminares tipo Gravette y la estandarización de los útiles sobre hueso, nuevas estrategias de subsistencia que incluyen los contactos a larga distancia y la generalización de la caza especializada y un sustrato simbólico común que se manifiesta en la existencia de santuarios, la representación de la sexualidad femenina (“venus” esculpidas y vulvas dibujadas) y la vuelta a los enterramientos de inhumación.
Supuso un gran aumento demográfico y una concentración de la población en determinadas regiones:
- El Gravetiense cantábrico (Bolinkova y Amalda en el País Vasco, Cueva del Castillo y Cueva Morín en Cantabria y Llonín y La Viña en Asturias). Ahora el arte rupestre experimenta un gran desarrollo.
- En el Gravetiense mediterráneo (Reclau Viver en Cataluña, Mallaetes y Parpalló en Valencia y la Cueva de Nerja en Málaga) destacan los útiles sobre hueso y los colgantes sobre moluscos perforados o con entalles para la suspensión. También existen evidencias de caza especializada y destaca el aprovechamiento de numerosos recursos marinos.
La casi totalidad de los yacimientos están emplazados en cuevas o abrigos rocosos, probablemente como consecuencia del enfriamiento climático.
El arte rupestre se muestra en forma de incisiones parietales profundas y dibujos de animales no peligrosos. También se han encontrado vulvas, manos y antropomorfos pintados. El arte mueble experimenta una gran explosión, destacando los colgantes.

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