El término Alemania no responde al territorio actual, sino que durante el siglo XVI era un mosaico de Estados diferentes relacionados entre sí por el concepto de Sacro Imperio Romano Germano, que comprendía también Austria y Bohemia.
Algunos de los principales humanistas alemanes, muchos de los cuales habían visitado Italia y entrado en contacto con el Renacimiento, fomentaron un cierto nacionalismo frente a las influencias de los Estados italianos y de la vecina Francia. Asimismo, se deseaba hallar un lugar de encuentro entre los ideales nacionalistas alemanes y cristianos con los espirituales y artísticos llegados desde Italia.
El propio emperador Maximiliano I había fomentado el Humanismo en su Corte y protegió a los grabadores alemanes, pero también lo hicieron otros personajes representativos de la época.
El Renacimiento alemán, que asumió un matiz romántico e inconformista, fomentó la idea de renovación en la vida religiosa y al mismo tiempo recibió y llegaría a rechazar los grandes ideales renacentistas italianos.
El gótico persistió en Alemania, pero acusó la presencia de ciertas contaminaciones llegadas desde diferentes lugares, como Francia y los Países Bajos. No se asumieron sino circunstancialmente algunos elementos del Renacimiento italiano en el transcurso de la primera mitad del siglo XVI, aunque ya se conocieran, y en la segunda aparecieron dos tendencias: la puramente decorativa, la más generalizada, que sólo adoptaría los ornamentos renacentistas, y la estructural, que intentaba ser congruente con los principios vitruvianos. Los castillos o palacios residenciales y los ayuntamientos fueron los dos tipos de edificios más importantes.
La arquitectura decorativa del Imperio asumió del Renacimiento italiano algunos de los motivos ornamentales. Se trataba, más que de asimilar sus principios teóricos, de proporcionar una apariencia nueva a los edificios. Así, la arquitectura alemana gustó del empleo de la decoración al grutesco asumida desde una perspectiva ya manierista. Asimismo, el grutesco fue asumido con una mentalidad centroeuropea y las formas figurativas acabaron poco a poco por deformarse y hacerse abstractas y hasta simbólicas. Algo similar ocurrió con el empleo de los órdenes arquitectónicos, que asumieron una cierta función simbólica y decorativa.
Obras:
- Castillo de Heidelberg
- Munich Residenz
- Castillo de los Duques de la Baja Baviera en Landshut
- Rathaus de Colonia
- Rathaus de Nuremberg
- Rathaus de Bremen
- Capilla Fugger
- Fuentes en honor a Augusto, Hércules y Mercurio en Augsburgo
Ver también: Incidencia de la arquitectura renacentista italiana en Europa
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