Pero realmente, la arquitectura
renacentista se dio en Italia y de una forma total y concreta tan sólo surgió y
se desarrollo en Florencia y Roma. El resto de Europa participó de este
movimiento cultural que tuvo al Humanismo como eje sustancial, pero lo hizo
desde diversas perspectivas y con matices diferentes. Apareció un cierto
eclecticismo entre la práctica arquitectónica existente en cada reino y la
importada desde Italia, sin renunciar, así, a las formas propias de cada país
que proporcionaban la especificidad frente a la universalidad del sistema
clásico.
Por tanto, el Renacimiento tuvo
notas comunes y aspectos diferentes en cada Estado, pudiendo hablar realmente
de diversos clasicismos que siguen unas líneas generales comunes. Así, lo
novedoso se adosó a la arquitectura preexistente, siendo más superficial que
profundo.
La arquitectura renacentista
italiana hizo presencia en mayor grado en los Reinos católicos que en aquellos
otros que se vieron inmiscuidos de lleno por el bullicio contagioso de la
Reforma protestante, en los que se dio preferencia a la arquitectura civil
sobre la religiosa, construyéndose más palacios y casas consistoriales que
iglesias y conventos. Además, los nacionalismos nacientes fueron promovidos por
los reyes, quienes procuraron la aparición de un cierto absolutismo autoritario
ante la nobleza feudal de raíz medieval.
Por lo tanto, hubo un cierto
influjo de la arquitectura italiana en los otros países europeos que se
comportaron a la hora de asumirlo, y hasta de rechazarlo, de formas distintas.
Ver también:
- Arquitectura renacentista francesa
- Arquitectura renacentista inglesa
- Arquitectura renacentista portuguesa: arquitectura manuelina
- La arquitectura renacentista en el Imperio Alemán
- El Plateresco
Ver también:
- Arquitectura renacentista francesa
- Arquitectura renacentista inglesa
- Arquitectura renacentista portuguesa: arquitectura manuelina
- La arquitectura renacentista en el Imperio Alemán
- El Plateresco
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