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22 enero 2012

La escultura románica (tema)

Es la actividad constructora románica, que empieza en Europa alrededor del año 1000, la que proporciona una gran expansión a la escultura, pues la escultura románica está estrechamente ligada a la arquitectura.
Debido a esto, la escultura se centra sobre todo en el relieve, distanciándose así de la escultura de la Antigüedad, que solía ser exenta. Mientras que el bajorrelieve es empleado especialmente tanto en el prerrománico como durante el primer románico, manteniendo posteriormente funciones decorativas, las representaciones historiadas, como las de los tímpanos o capiteles, se realizan en medio o altorrelieve.

La escultura románica aparece sobre elementos arquitectónicos sencillos. Mientras que en las ménsulas se representan motivos profanos, el dintel es más apropiado para hileras de figuras. Encima del dintel se encuentra el tímpano, que se convertirá en el lugar central y más prominente de la escultura románica.
Relieve del claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos
Duda de Santo Tomás
La cabecera superior de la columna está formada por el capitel, sobre el que descansa la bóveda. El contenido simbólico de la columna reside en su origen, es decir, en la forma de árbol: el árbol posee raíces y copa y la columna, basa y capitel.

Se trata de una escultura hierática, de formas estrictamente fijadas, solemnes y rígidas, imágenes que se han formado a partir de las tradiciones religiosas. 
Los pliegues de las vestiduras, las posturas y la representación de manos y pies se convierten en representativos, dotando a las esculturas de un carácter internacional. Además, el arte románico engloba muchos temas simbólicos que no son accesibles para la comprensión actual.
En esta escultura se produce el uso de una perspectiva jerárquica en la que el tamaño de las figuras depende de su importancia en la escena, además de la llamada "ley del marco", en la que las figuras se adaptan al espacio disponible, llenándolo todo en una especie de horror vacui.

Las escenas se inspiran en textos bíblicos, en los evangelios apócrifos y en los bestiarios. Los temas más frecuentes son el Juicio Final representado como el Cristo pantocrátor rodeado por el tetramorfos (las imágenes de los evangelistas), los veinticuatro ancianos del Apocalipsis y las figuras de los justos y los condenados al fuego eterno. También podemos encontrar el crismón o anagrama de Cristo, tema de origen paleocristiano, el Crucificado (con cuatro clavos, vestido y con los ojos abiertos, expresión de su triunfo sobre la muerte), solo o asociado al Calvario o el Descendimiento. La Virgen sigue la iconografía bizantina de la Kiriotissa o trono de Dios, con una gran frontalidad y una total ausencia de relación con el Hijo que lleva en brazos. Otros temas son los ciclos de la infancia, pasión y muerte de Cristo, y algunas leyendas hagiográficas, especialmente aquellas que hacen referencia al martirio de los santos.
Así, la función de la escultura románica, al igual que la de la pintura, es didáctica, es decir, las imágenes sirven para comunicar el mensaje de la Biblia a la población analfabeta.

Es cierto que la mayoría de los artistas de la época nos son desconocidos, pero no podemos hablar de un anonimato intencionado, pues hasta nosotros han llegado numerosas firmas.

Entrada actualizada en marzo de 2024.

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