Nacido en Mugello, Guido di Pietro (1395/1400 - 1455), pintor del Quattrocento italiano, se traslada pronto a Florencia ingresando en un taller de manuscritos y formándose allí como iluminador. El nombre de "Fra Angelico" con el que es conocido en la Historia del Arte aparece catorce años después de su muerte en referencia a su profunda espiritualidad.
Fra Angelico - La Anunciación (Museo Nacional del Prado) |
Entre 1420 y 1432 compagina la iluminación con obras de altar para Santo Domingo y otras fundaciones de la orden, aplicando en ellas el preciosismo y detalle propio de las miniaturas. En sus obras se denotan diversas influencias, desde el gótico internacional al arte de Masaccio.
El tríptico que realiza para el Arte de'Linaiuoli (1432-1436) marca un antes y un después en su obra. Esta obra señala la madurez artística de Fra Angelico y su decantación por las propuestas más avanzadas de su tiempo, que coinciden con una generación anterior a la suya: su concepción espacial y la monumentalidad de sus figuras lo acercan más a Masaccio y a Ghiberti que a sus contemporáneos.
Fra Angelico contaba ya en los años 30 con un amplio taller y entre sus discípulos destaca Benozzo Gozzoli.
En 1446, Eugenio IV es nombrado Papa y Fra Angelico se traslada a Roma, donde estuvo pintando cuatro años en el Vaticano. De esta época sólo se conserva el ciclo de frescos con las vidas de San Esteban y San Lorenzo en la capilla privada de Nicolás V.
Tras una breve estancia en Orvieto, regresa a Florencia en 1450 para asumir el priorato de Santo Domingo en Fiesole.
Su último encargo fue la desaparecida decoración al fresco del claustro de Santa María sobre Minerva, principal fundación dominica en Roma, donde siguió un programa iconográfico concebido por fray Juan de Torquemada.
Destaca en su obra las expresiones de devoción de los rostros, el uso de la perspectiva lineal de Alberti y la utilización magistral del color, que consigue dar mayor emotividad a la obra.