Los Contarelli habían comprado la capilla dedicada a San Mateo en la iglesia de San Luis de los Franceses y deseaban decorarla con escenas de la vida del santo relativas a su vocación y martirio. Caravaggio consigue el encargo gracias al cardenal Del Monte. Para el pintor esto fue un reto, pues hasta ahora sólo había pintado escenas líricas y elegantes, pero ahora se trataba de interpretar el drama de la religión en la persona de san Mateo a través de su vocación y martirio.
Caravaggio - Vocación de San Mateo |
La vocación de San Mateo. El contrato le pedía que pintara al santo en la oficina del recaudador de impuestos contando afanosamente el dinero cuando en ese momento Cristo le señala y le llama. Aquí Cristo permanece casi en la semioscuridad y enfrente dispone una pared que se ilumina tenuemente hasta llegar al gran foco que distingue el apóstol sorprendido en medio de la faena y rodeado por sus ayudantes. En la imaginería cristiana el manejo de la luz siempre ha servido para extremar los contenidos simbólicos. Mediante la luz se nos revelan las verdades de la fe y su uso va muy unido a la mística. Es una luz que no tiene un origen celestial, sino que posee un protagonismo propio. Además, en esta obra los compañeros del apóstol y él mismo van vestidos a la moda, e incluso el escenario también es moderno.
Caravaggio - El martirio de San Mateo |
En El martirio de San Mateo ajustó el tamaño de las figuras, eliminó cualquier referencia espacial y creó una composición centrífuga desde la figura central del verdugo. Añadió, como si fueran los radios de una rueda, un juego irreal de luces y sombras creando una atmósfera amenazadora. Convierte la idea del martirio cristiano en un asesinato real y prescinde de cualquier idealización previa, aunque algunos detalles hablan del pasado heroico. Los gestos, expresiones y personajes añadidos (incluyendo un autorretrato como testigo de la escena) poseen una inmediatez desconocida y abrumadora. Sus caras reflejan el terror y por eso huyen como si estuvieran presenciando una pelea.
Gracias a estas dos obras se dio a conocer al gran público y sólo dos meses después recibía el encargo de la decoración de la capilla Cerasi en la iglesia de Santa María del Popolo.
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