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25 junio 2012

El palacio veneciano en el siglo XV (tema)

La asimilación de la nueva arquitectura no es tan clara en los palacios venecianos como en los florentinos. Se trata de otra forma distinta de percibir el Renacimiento de lo clásico, en la que se entremezcla la construcción tradicional goticista con aspectos más o menos novedosos, que llegaron casi a finales del siglo XV. La visión de la Antigüedad, que estuvo condicionada por la persistencia del gótico tardío y hasta del románico, penetró un tanto indirectamente a través del arte bizantino, ortodoxamente heredero directo del romano. 
Estos palacios, mandados construir por la nobleza y la alta burguesía al amparo del comercio, suelen ser, casi como norma, más modestos que los florentinos. Quizás por esto se les conozca como Ca’, abreviatura de casa. Suelen tener unas dimensiones reducidas, aunque sus fachadas ofrezcan una cierta apariencia de riqueza debido al empleo escenográfico de la decoración y al peculiar ornato de sus huecos. 
Inundada Venecia resulta totalmente necesario que el acceso a los palacios se realice por medio de una doble entrada: desde el canal y por tierra, lo que obliga a construir un gran portalón para relacionarlos. Su misma ubicación requería que ambas fachadas principales se dispusieran en los lados menores del edificio. Se construían cimentados sobre postes, pilotes o pilares y carecían de sótanos, aunque muchos contaban con almacenes en el piso bajo. Tienen un claro carácter escenográfico debido a los efectos teatrales que se acentuaban por medio de la profusión de elementos decorativos y de la policromía aplicada. 
Así, el palacio veneciano cuidaba, de una forma casi pictórica, la ornamentación de su fachada principal, la cual se solía disponer en la parte que da al canal. Esta multiplicaba sus vanos por medio del empleo de ventanas ajimezadas y creaba logias o galerías abiertas cubiertas con vidrios. Destaca además la profusión de pequeñas columnas frente a los florentinos, y proliferan las chimeneas en forma de embudo y las incrustaciones en piedra. 
Las fachadas suelen mostrar la distribución interior de los espacios, y a veces se advierten entreplantas llamadas mezzanine, perceptibles por tener una altura inferior a las demás. Su función era servir de habitaciones a la servidumbre, de oficinas o de almacenes.

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