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18 enero 2012

Imperio Nuevo (historia)

La expulsión de los hicsos y la nueva reunificación de Egipto, bajo la supremacía de la ciudad de Tebas, inicia la Dinastía XVIII y el periodo conocido como Imperio Nuevo. En esta época se reinstaura el orden que había durante el Imperio Medio, imponiéndose la realeza como institución por encima del soberano como individuo.
Además, se introduce un nuevo concepto del monarca como jefe de una organización militar de carácter profesional, en la que tienen un papel decisivo el carro tirado por caballos y el nuevo armamento, ambas cosas introducidas por los hicsos.
Se llevó a cabo una amplia expansión territorial mediante campañas bélicas y matrimonios de Estado, lo que dio a Egipto un gran predominio político sobre sus vecinos y lo convierte en la primera potencia económica del momento.
Este esplendor económico propició la construcción de numerosos monumentos y lujosas creaciones, considerándose esta etapa como una edad de oro de la cultura egipcia. En ella, las artes mantuvieron su unidad, sólo rota por el periodo de Amarna, en el que reinaba el faraón Amenofis o Amenhotep IV (Akenatón). Éste introduce grandes cambios religiosos que repercutirán en la sociedad y el arte, pues convierte la cultura egipcia en monoteísta, instaurando el culto al dios Atón.
El final del Imperio Nuevo está protagonizado por las Dinastías XIX y XX o ramésidas, cuyos faraones quisieron dotar a Egipto del esplendor de antaño.

Bajo el gobierno de los últimos faraones la conflictividad política derivó en una inestabilidad que aprovecharon numerosos pueblos extranjeros, perdiendo el poder faraónico su autoridad en el extranjero y dando comienzo a la desaparición del estado unitario y al declive de la etapa final del imperio.

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